jueves, 9 de abril de 2009

LA VICTORIA EN MALASIA PARA… JENSON BUTTON


Antes de nada, quisiera disculparme por el retraso en la crónica de esta minicarrera en cuanto al número de vueltas, pero macrocarrera en función de los acontecimientos… se me estarán pegando los perores hábitos de la FIA…

Bueno, vamos a lo que vamos…
La carrera disputada en Sepang fue, al menos mientras duró, extremadamente competida, llena de incertidumbre y francamente divertida. Ya en la salida, pudimos disfrutar de una agradable sorpresa. ¡POR FIN! El KERS demostró para qué servía. Aún le queda bastante por mejorar, pero por lo menos, los equipos que lo montan ya tienen algo que los demás anhelan.

La salida, tuvo varios protagonistas. Alonso, Rosberg, Räikkönen y Kubica. El piloto español, que nada más engranar la segunda marcha, apretaba el botón del KERS utilizando de una vez toda la energía acumulada, logró avanzar seis posiciones en las dos primeras curvas. El piloto alemán, por su parte, realizaba una gran salida, y se colocaba primero desde la cuarta posición de parrilla (sería a la postre uno de los grandes perjudicados por los acontecimientos). El piloto de Ferrari, sacaba un gran partido a su KERS, y ganaba 2 posiciones en la salida. Y finalmente, pero en este caso protagonista en sentido negativo, el piloto polaco, comunicaba a su equipo en la vuelta de formación, que tenía problemas con su motor. En la salida, se quedó clavado, y tres vueltas después el propulsor le dejaba tirado.

Ya con la carrera lanzada, en la primera vuelta el piloto de McLaren Heikki Kovalainen, era el primero en abandonar, tras cometer un error y salirse de la pista. Fernando Alonso, que rodaba tercero, con un coche medio segundo inferior a los mejores, y lastrado con más de 1,5 segundos por exceso de combustible, era una auténtica tortuga. Los pilotos que le seguían, conscientes de la lentitud del R29, intentaban dar cuenta del piloto de Renault lo antes posible. Button era el primero en conseguirlo, y Barrichello, en su segundo intento, lo lograba en la tercera vuelta.

Los clasificación tras un agitado inicio de carrera, era la siguiente: Rosberg, Trulli, Button, Barrichello, Alonso, Räikkönen, Webber y Glock. Los primeros se escapaban, y Alonso a duras penas mantenía a sus perseguidores pegados a su alerón trasero. En la vuelta 10 por fin Räikkönen consigue superar al asturiano, aprovechándose de su menor peso, y el KERS. En una buena maniobra, el piloto de Ferrari, amagó al interior, haciendo al de Renault cerrar la puerta, y aprovechándose así de una mejor posición y tracción a la salida de la curva. Webber haría lo propio 2 vueltas más tarde.

Así se mantendrían las posiciones hasta las primeras paradas. En la vuelta 11 cayeron primeras gotas, los equipos que tenían que repostar en ese momento rezaban por que lloviera en ese instante, y los que llevaban más combustible por que aguantara unas vueltas más. Sea como sea, todos estaban de acuerdo que sería cuestión de muy poco tiempo. Los primeros en parar Vettel, Rosberg, Sutil, Glock, Webber y Trulli se vieron obligados a montar neumáticos de seco porque casi no llovía. Entonces, llegó la vuelta 18 y Ferrari, en un arranque de entre valentía y exceso de optimismo, intentaron dar un golpe de efecto y arriesgaron enormemente poniendo neumáticos de lluvia. La decisión, hoy muy criticada, hubiera sido alabada y considerada de maestra si hubiera llovido un poco antes. Lo cierto es que en Malasia, siempre había ocurrido lo mismo. Primero unas gotas, e inmediatamente después un diluvio. Supongo que desde el Box de Ferrari, teniendo en cuenta ese dato y viendo la gama de colores del radar meteorológico, decidieron optar por una actitud tan agresiva e ir a por el triunfo. Algunas voces en el Paddock apuntan a que pudo ser una decisión de Michael Schumacher (asesor del equipo) intentando emular a su maestro Ross Brawn. Lo que no tuvo en cuenta el heptacampeón del mundo, si realmente fue él, es que para querer ser más papista que el Papa, primero hay que ser Obispo. Y Ross Brawn, montó neumáticos de seco a sus dos pilotos, sólo una vuelta después de la apuesta italiana. ¡Por algo será!

Pues eso, pasó lo que tenía que pasar, no llovió inmediatamente, y a las 4 ó 5 curvas, los neumáticos de Räikkönen, ya no valían ni para seco, ni para húmedo, ni para diluvios. En la vuelta 22 llegaba la ansiada lluvia. Alonso no pudo meterse en Boxes, y tenía que dar una vuelta más con los de seco. A mitad del segundo sector, se encontró la curva 7 demasiado mojada para la velocidad a la que iba, se salió y perdió toda la ventaja que le había dado la estrategia. Hamilton que le seguía de cerca en sexta posición, al ver los problemas del asturiano, disminuía la velocidad, y lograba que su excursión fuera de pista, no le hiciera perder mucho tiempo.

Llovía, pero no tan intenso como para montar neumáticos de lluvia. En cualquier otro circuito nadie hubiera dudado, y todos habrían montado intermedios, pero en Malasia, no hay términos medios. Así que todos montaban neumáticos de lluvia, excepto Glock, y Bourdais, que rápidamente empezaron a recortar entre 20 y 30 segundos por vuelta a los demás. En estas vueltas pudimos disfrutar de uno de los duelos más bonitos de los últimos grandes premios entre Marc Webber y Lewis Hamilton. Ambos se pasaron y repasaron, hasta que finamente el australiano se salió con la suya y se afianzaba en la quinta plaza. Mientras tanto, la pista se secaba lo suficiente para que todos los que llevaban neumáticos de lluvia, entraran a poner los intermedios que debieron haber puesto en la parada anterior. Todos no, golpe maestro una vez más de Nick Heidfeld, que se arrepentía apenas a 200 metros de la entrada de Boxes, y viendo que se intensificaba la lluvia, permanecía en pista hasta la finalización de la carrera. Las precipitaciones fueron tan fuertes, y la luz tan escasa, que la dirección de carrera no tuvo más opción que sacar el coche de seguridad, y parar el Gran Premio en la vuelta siguiente. A partir de aquí comenzó la farsa de sobra comentada en artículos anteriores. Tan sólo reseñar, que al no poder reanudarse la carrera, según el reglamento, los resultados se toman en función del penúltimo paso por meta, antes de la vuelta en la que sacaron la bandera roja. Debido a ello, Timo Glock, tuvo que escuchar atónito, justo antes de subir al Podio, que su escalón sería el tercero en lugar del segundo, que pasaría ser para un sonriente Nick Heidfeld.

CLASIFICACIÓN FINAL DEL GRAN PREMIO DE MALASIA

1. J. Button (BrawnGP)
2. N. Heidfeld (BMW-Sauber)
3. T. Glock (Toyota)L.
4. J. Trulli (Toyota)
5. R. Barrichello (BrawnGP)
6. M. Webber (Red Bull)
7. Hamilton (McLaren-Mercedes)
8. N. Rosberg (Williams)
9. F. Massa (Ferrari)
10. S. Bourdais (Toro Rosso)
11. F. Alonso (Renault)
12. K. Nakajima (Williams)
13. N. Piquet (Renault)
14. K. Räikkönen (Ferrari)
15. R S. Vettel (Red Bull)
16. K S. Buemi (Toro Rosso)
17. A. Sutil (Force India)
18. G. Fisichella (Force India)

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