Tras la decisión del tribunal de París de rechazar la denuncia interpuesta por el equipo Ferrari, las cosas empiezan a tomar un cariz interesante. Personalmente dudo que finalmente el despropósito propuesto por el inefable presidente de la FIA, llegue a buen puerto. No me imagino, un año 2010 repleto de escuderías más propias de categorías inferiores (GP2, Fórmula 2, etc.) que de la máxima categoría del automovilismo. Tampoco me imagino al hábil Bernie Ecclestone, dejando escapar su gallina de los huevos de oro. Y por supuesto, no alcanzo a vislumbrar, una competición sin los grandes e históricos equipos que han dado tanto por esta categoría. Es cierto que la Fórmula 1, en sus casi 60 años de historia, ha sobrevivido a bajas de equipos que en su tiempo fueron muy representativos e ilustres, como el caso de Brabham (curiosamente propiedad de Bernie Ecclestone), o Lotus. Pero dudo, que en esta ocasión, pueda sobreponerse al éxodo masivo de tantas escuderías de primer nivel (Ferrari, BMW, Renault, Toyota, Red Bull, Toro Rosso…).
Sin embargo, si las cosas siguen así, la idea de una competición paralela, comienza a hacerse más plausible. Quizás, para los más tradicionales, la posibilidad de que esto suceda, pueda resultar turbadora, pero mirándolo a largo plazo, puede ser una gran solución para acabar de una vez con la política y centrarnos un poco más en el deporte en su mayor esencia.
Mientras los grandes pilotos y las escuderías punteras se encuentren en los circuitos, poco debería importarnos que luchen por el campeonato de Fórmula 1 o el de Fórmula Nueva (o como demonios tengan a bien denominar la nueva categoría). Lo importante es que de una vez tengamos espectáculo deportivo, con las mejores prestaciones posibles y donde se desarrollen las más altas tecnologías, que al fin y al cabo, para eso están los grandes constructores en este negocio.
En cualquier caso, si esto sucediera, en 10 ó 20 años, pocos se acordarán de la extinta Fórmula 1, y recordarán sin embargo las grandes victorias logradas por las mejores escuderías y los mejores pilotos, independientemente del nombre del campeonato en el que lo lograron (siempre que sea la máxima categoría). ¿O alguien se ha olvidado de Mick Doohan, Wayne Rainey, Kevin Schwantz, y tantos otros, porque fueron campeones de 500cc y no de MotoGP?
Si esto fuera así, tal vez, en un par de décadas se recuerde a Fernando Alonso a los mandos de un Ferrari, como el primer campeón de la nueva categoría. Al igual que Giuseppe Farina pasara a la Historia por ser el primer campeón de un Gran Premio y un Mundial de Fórmula 1 (aunque éste lo lograra al volante de un Alfa Romeo).
De todas formas, como decía al principio… dudo mucho que esto ocurra… ya se sacará algo de la chistera D. Bernard Charles Ecclestone… Si no, al tiempo…
miércoles, 20 de mayo de 2009
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