Si gran parte de los equipos y los aficionados eran un clamor tras la carrera de Bahrain, la espectacularidad del Gran Premio de Australia, ha convencido a unos y calmado a otros. Por supuesto que la controversia no se cierra aquí, y no habrá que esperar mucho para que los detractores de la nueva Fórmula 1, vuelvan al ataque a la menor oportunidad, pero mientras tanto, estamos de enhorabuena. Sin embargo, ni había que poner el grito en cielo tras la aburrida carrera en Sakhir, ni conviene lanzar las campanas al vuelo tras la emocionante prueba austral –que ya se sabe que las carreras en condiciones de pista cambiantes son garantía de emoción y diversión-. Dejemos que la temporada avance un poco y los circuitos, escuderías y pilotos hablen por sí mismos. Entonces, y sólo entonces podremos entrar a valorar la situación, aunque o mucho me equivoco, o el resultado no va a defraudar a nadie.
En fin, sea como sea no hay mejor forma de defender los cambios que con espectáculo puro. Y eso precisamente es lo que pudimos disfrutar este domingo en Melbourne.
El fin de semana empezó torcido para los equipos, en un viernes lluvioso que arruinó los planes de trabajo de todas las escuderías. Así, los pilotos e ingenieros llegaron a la calificación del sábado sin los datos suficientes sobre los reglajes y el comportamiento de los neumáticos que a la postre marcarían las diferencias en carrera.
Llegó la calificación, y pronto se descubriría que había tres pilotos claramente por encima del resto. Vettel y Webber estaban un paso por delante, y mucho tendría que luchar Alonso para superarles. Massa por su parte, demostró una incapacidad para adaptarse al frío asfalto australiano con los compuestos suministrados por Bridgestone.
La Q1 sería como era de esperar un trámite necesario únicamente para dilucidar quién sería esta vez el desafortunado en acompañar a los nuevos en las primeras eliminaciones. Kobayashi y Petrov tenían todos los números, aunque De la Rosa, Alguersuari, Liuzzi y Buemi tuvieron que luchar hasta el final para asegurarse su presencia en la segunda ronda. Finalmente fue el piloto ruso, con una última vuelta plagada de errores, el eliminado.
El la Q2 saltó la sorpresa. Hamilton se quedaba eliminado, tras una pobre e inesperada actuación. No hubo grandes errores, ni tráfico que le entorpeciera, tan sólo una inexplicable falta de ritmo que el inglés no alcanzaba a entender. Kubica, Barrichello y Sutil, aprovecharon la vacante dejada por el piloto de McLaren para adjudicarse las tres plazas disponibles (con los grandes un paso por delante) para la última tanda.
En la Q3 Red Bull mostró todo su poderío, sólo amenazado por un Fernando Alonso muy por encima de su Ferrari. Vettel, con una vuelta no exenta de pequeños errores, se llevó finalmente la Pole gracias a un fantástico segundo sector, quitándole a su compañero de equipo (dominador por escaso margen del primer y tercer sector) la primera posición de parrilla y devolviéndole así la moneda por la primera posición que el australiano le robó en Alemania el año pasado.
Alonso, que sin dominar ningún sector, consiguió rodar en la misma décima que los pilotos de la escudería austríaca en todos ellos, se llevó una cómoda tercera posición. Button, muy fino todo el fin de semana, logró un gran cuarto lugar. Massa (a siete décimas de su compañero) se llevó gracias a los errores de Rosberg la quinta posición. El piloto germano-finés se volvió a imponer a Schumacher, esta vez in extremis y con el de Kerpen protestando por haber sido bloqueado por Alonso en su vuelta rápida (en una maniobra más mediática y exculpatoria que real), y Barrichello, Kubica y Sutil cerraron la tabla de los diez mejores.
El domingo amaneció amenazante, y a pesar de que las previsiones de lluvia eran para mitad de carrera, comenzó a llover unos minutos antes de que se apagara el semáforo. Esto trastocó todos los planes inicialmente previstos, y marcaría el desarrollo de la prueba. En la salida, el gran perjudicado fue Fernando Alonso. En un error poco propio del campeón español, colocó las ruedas izquierdas de su monoplaza sobre la línea blanca que recorre toda la recta de meta, y patinó espectacularmente durante los primeros metros, viéndose claramente superado por Massa y amenazado por Button en lo que sería el desencadenante del toque entre ambos en la primera curva. En esa primera frenada, el piloto español se vio envuelto en un sándwich entre Schumacher y el propio Button que no pudo terminar de otra forma que con el alemán en Boxes para cambiar el alerón, y el asturiano en última posición (nada que objetar al piloto inglés que se quedó sin espacio por donde trazar, y simplemente fue un lance de carrera como consecuencia de intentar pasar tres monoplazas por donde difícilmente caben dos). Aquí comenzó para el piloto de Ferrari una nueva carrera. Demostró su capacidad de mantener la calma, dejando pasar a todos los monoplazas, incluidos los dos Virgin que salían de Boxes y sin dar la vuelta a su monoplaza, demasiado cargado, de una forma agresiva que hubiera podido acabar con sus neumáticos. El coche médico, eso sí, tuvo que irse por la hierba para no colisionar con el F10 número 8 (lástima que la realización no mostrara estas imágenes).
Afortunadamente para el español, es coche de seguridad saldría en la primera vuelta tras el terrible accidente de Kobayashi, Hülkenberg y Buemi, lo que dejaría al piloto de Maranello en la decimoctava posición, tan sólo por delante de Di Grassi y Michael Schumacher (tras su cambio de alerón) pero pegado al grupo.
Se relanzaba la carrera en la vuelta 5 y Alonso comenzaba su particular remontada. En la sexta vuelta, Button, tras verse superado por Hamilton toma la arriesgada decisión de entrar en Boxes para montar las ruedas de seco. Mientras tanto, Webber que había salido mal, aprovecha un error de Massa para superarle. Las primeras curvas del piloto de McLaren hicieron temer que la apuesta no había sido acertada, pero pronto comenzó a bajar espectacularmente los tiempos, lo que haría a todos los pilotos imitar su estrategia. En la octava vuelta, todos con excepción de los Red Bull, Alguersuari y los Force India, que lo harían en las siguientes vueltas (Vettel en la 9 y Webber en la 10). Tras la parada, Vettel seguía primero, Button lograba encaramarse a la segunda posición, seguido de Kubica y Rosberg que con una rapidísima parada lograron superar a Massa en el Pit Lane y Webber, que tras tardía parada volvía a estar detrás del piloto brasileño. Tras ellos Hamilton, Barrichello y Alonso, que no tardaría de dar cuenta del piloto de Williams. En la vuelta 16 Webber y Hamilton aprovecharon un error de Massa en la curva 1 para superarle. Hamilton atacaba a Webber en la curva tres, y tras un pequeño toque entre ambos el australiano acabaría en la grava, perdiendo el inglés la posición con Massa, y el de Red Bull con Alonso que a esas alturas ya estaba marcando vuelta rápida tras vuelta rápida y se colocaba en séptimo lugar.
Así, cada vez más juntos por el tapón que estaba realizando Felipe Massa, se mantuvieron hasta la vuelta 22 en la que el brasileño era superado por Hamilton y cuando éste intentó devolverle la moneda, Alonso trató de adelantarle aprovechando la pasada de frenada de su compañero. Sin embargo, Massa le bloqueó y el español tuvo que levantar para evitar el choque, con lo que perdió además la posición con Webber –muy pegado a ambos-.
La sorpresa llegaría cuando Sebastian Vettel tenía que abandonar por una tuerca -benditas y malditas tuercas- que se le desprendía del eje delantero izquierdo. En ese momento Hamilton acababa de alcanzar a Rosberg y le había superado. El piloto de Mercedes, estuvo a punto de devolverle la jugada al inglés, pero cuando estaba a punto de conseguirlo, tuvo que levantar el pie al llegar a la zona de banderas amarillas provocadas por el incidente de Vettel. Button, que estaba recuperando terreno con el alemán de Red Bull, se alzaba con un liderato que no abandonaría hasta el final. Por detrás, paraban a cambiar neumáticos Hamilton – que no había podido con Robert Kubica y a pesar de las críticas hacia su equipo debía cambiar si tenía alguna esperanza de llegar hasta el final-, Webber y Rosberg. Button –mucho más fino que su compañero-, Kubica y los Ferraris apostaron por el aguante de sus compuestos y decidieron ir hasta el final “con lo puesto”.
Y ahí cambió radicalmente la carrera. Los tres pilotos perseguidores –ya con ruedas nuevas- impusieron un ritmo casi 2 segundos mejor que sus rivales directos, que no hubiera sido suficiente de haber tomado Ferrari la determinación de dejar paso libre a su piloto más rápido. No fue así, y Kubica y Button –a sólo 8 segundos del español de Ferrari en ese momento- pudieron conservar sus ruedas y llegar cómodamente en segundo y primer lugar respectivamente. De esta manera, Fernando Alonso, muy respetuoso con la filosofía de su equipo tuvo que sufrir al final de la carrera el acoso de Hamilton y Webber primero y de Rosberg a dos vueltas del final. La maestra defensa del asturiano de su a la postre 4ª plaza fue sin duda lo mejor del Gran Premio. Hamilton atacaba por el exterior en la penúltima vuelta, y Alonso con el interior ganado apuraba la frenada hasta el punto de bloquear la rueda anterior derecha, lo que hizo al inglés prolongar su maniobra para intentar meterse por dentro a la salida de la curva. Esta nueva trayectoria, hacía que Webber –en plena frenada- se lo llevara por delante, lo que dejaría libre de acoso al español, y terminaría con el australiano pasando por Boxes una vez más para cambiar su alerón delantero, y con el inglés en una luchada sexta posición.
De esta forma terminaría este apasionante Gran Premio. Gran victoria de un inteligente Jenson Button, fantástica segunda plaza de Robert Kubica y un podium tan inesperado como poco merecido de Felipe Massa. Alonso terminaba cuarto en una carrera que se le había puesto muy cuesta arriba en la primera vuelta, y que finalmente se saldó con un gran resultado –que pudo haber sido mucho mejor- de cara al mundial. Por detrás Michael Schumacher conseguía finalmente adjudicarse el último punto en detrimento de un gran Jaime Alguersuari –que mantuvo a raya al heptacampeón durante gran parte de la carrera- y un Pedro de la Rosa mermado por el excesivo desgaste de sus neumáticos.
Próxima cita, en pocos días Malasia. Terreno donde sólo destacan los mejores pilotos….
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