Se
dice históricamente que el Gran Premio de España es la prueba de fuego para las
grandes evoluciones de los monoplazas. Y digo bien históricamente, porque en el
calendario provisional del año 2016, Sochi desplaza al trazado catalán en el
privilegio de albergar la primera prueba europea del campeonato. Malas
noticias, si se confirman, para los aficionados españoles. El primer Gran
Premio europeo marca la diferencia porque durante las pruebas inaugurales, lejos
de las fábricas, las evoluciones de los monoplazas son escasas. Poca capacidad
de reacción tienen los equipos que “paren” un mal coche hasta la vuelta a
Europa.
Se
respira de nuevo el nerviosismo previo al inicio de temporada. Todos los
equipos llegan al circuito, tras tres semanas de intenso trabajo, con la
esperanza de ser los más acertados en sus evoluciones. Ser aquellos que “han
dado con la tecla”. No se trata de mejorar (todos lo hacen), ni tan siquiera de
mejorar mucho. Se trata de ser el que consigue dar el mayor salto. Vamos
por partes:
Mercedes tiene el absoluto deber de demostrar que siguen siendo los que mandan. Se han dormido en las últimas carreras, quizás pecando de exceso de confianza o tal vez tomando las decisiones equivocadas. Tanta era la diferencia que llevaban al segundo el año pasado que no pueden haber perdido tan fácilmente el norte. Este fin de semana tendrán la oportunidad de dar un puñetazo encima de la mesa. Si no es así, habrá campeonato. Porque el resto de escuderías no cejarán en su empeño de alcanzarles, y hay algunas que no están tan lejos.
Ferrari ha sido la auténtica sensación
del debut de temporada. El trazado catalán debería ajustarse bien a las
características de su monoplaza, pero no será fácil mantener el empuje inicial
del campeonato.
Williams, al contrario que Ferrari, han
protagonizado, a mi modo de ver, la mayor decepción de 2015. Mucho se esperaba
de los nuevos coches de Grove, más robustos que los del año anterior y povistos
del segundo mejor motor Mercedes del campeonato. Pat Symonds se las prometía
muy felices en la pretemporada. Algo no ha ido bien, o tal vez, simplemente
otros (James Allison, por ejemplo) han sido mejores. Habrá que darles un voto
de confianza porque tienen una buena materia prima.
Red Bull – Toro Rosso… ¡Qué decir de
las escuderías que tienen alas pero no corazón! Ruge poco y se muestra frágil
la unidad de potencia gala. Y sin terminar las carreras, muy lejos no llegarán.
En el caso de las escuderías de Milton Keynes y Faenza, lo más preocupante pasa
por la fiabilidad de sus propulsores, así que antes de correr tendrán que
caminar. Trabajo no les falta (ese maldito pistón está dando más quebraderos de
cabeza de los esperados).
Lotus espera una gran mejora, pero… ¡y
quién no! Mala suerte en el inicio de temporada para el equipo de Enstone. El
nuevo motor Mercedes debería permitirles estar mucho más arriba, pero de
momento… todo son esperanzas. Cierto es que no haber pasado el crash test con
su nuevo morro corto, tampoco les ayudará.
Sauber, con el nuevo motor Ferrari, está
haciendo un más que decente inicio de temporada. No tiene grandísimos pilotos
ni un coche destacado, pero están haciendo un papel más que digno y, desde
luego, mucho mejor de lo esperado. Mucho me temo sin embargo, que será el
equipo que más se desinflará de aquí al final del campeonato.
Force India tampoco ha empezado con
buen pie. Ha sido hasta ahora un duro y decepcionante inicio de campaña. Los
problemas económicos y el tardío debut del nuevo monoplaza les están pasando
factura. No es previsible un consigan de momento un gran avance.
Manor-Marussia poco pueden hacer con lo
que tienen. Se afianzarán como último equipo de la parrilla y su única
esperanza pasa por evolucionar lo suficiente para atraer nuevos pilotos “paganinis”
con buenos patrocinadores bajo el brazo. Mal pintan las cosas para Mehri. O el
coche no va, o su asiento le durará menos de lo que se tarda en decir ¡Jesús!
Roberto no ha empezado bien, eso es cierto. Me resulta incomprensible que le
haya superado un compañero de equipo muy inferior al él en capacidad de
conducción. Algunos apuntan a falta de conocimiento de los circuitos (no hay
que olvidar Manor-Marussia no tiene más simulador que la PlayStation), otros
que su conducción agresiva le penaliza en un coche con tan poca carga
aerodinámica. En mi opinión, sea lo que sea, aquí en el Gran Premio de España
se le acaban las excusas. Es un circuito
archiconocido para el piloto castellonense y donde tendría que arrancarle las
pegatinas a su compañero. Apostaría por ello, pero no creo que en las casas de
apuestas estén por la labor. Sea como sea, si quiere tener alguna posibilidad
de hacer carrera en la más alta categoría del automovilismo, Roberto tiene que
aprovechar la que podría ser su última oportunidad al volante de un Fórmula 1.
Y McLaren… ¡No! No se me ha olvidado.
¡Que decir de la escudería de Woking! Esperanzadora su llegada al viejo
continente. Este fin de semana van a tener la primera prueba de fuego. Tienen
que demostrar fiabilidad y performance. ¡Ahí es nada! El circuito de Montmeló
se caracteriza por ser un trazado muy completo. Aquellos monoplazas que vayan
bien en el Gran Premio de España irán bien el resto del año. Asi pues, si
quieren tener esperanzas de alcanzar algún objetivo este año, tienen que ir
bien este fin de semana. Al menos en cuanto a rendimiento se refiere. Es vital.
Muchas actualizaciones traen desde Inglaterra, y un par de Tokens han usado de
los 9 disponibles, para mejorar el rendimiento y fiabilidad del propulsor. Eso
debería ser suficiente para mantener la gran evolución demostrada en las
primeras carreras. ¿Suficiente para subirse al podio?… ¡Hombre! Si se retiran
10 o 12 coches, a lo mejor. En cualquier caso, en estos momentos hay dos
objetivos principales por alcanzar: tener un buen coche en Barcelona y rematar
la faena en el trazado monegasco en 15 días. Ahí si que pueden aspirar a un
buen resultado. El circuito de Montearlo es el trazado por excelencia de los monoplazas
con una buena carga aerodinámica, un buen agarre mecánico, una buena tracción y
unos grandes pilotos a sus mandos (y un motor que aguante, por supuesto).
McLaren tiene a priori todas esas cosas, así que a demostrarlo este fin de
semana y ponernos los dientes largos para la siguiente carrera.